sábado, 18 de diciembre de 2010

el misterio de los ombligos

Pelgate a la hendidura que dibuja mi párpado mientras estudio la tierra, hacemos de cuenta que es ella nuestro objeto pero no, en realidad estamos abocados al misterio de los ombligos. creo haber atrapado in fraganti a mi ombligo regocijandose al expandir sus brazos hacia los costados unos cuarenta grados, no más,  mientras vos apoyabas tu boca sobre mi nuca. que manía más tierna esa de olfatearme la nuca como un coker. será que a él  le da cosquillas porque ahora se acurruca. mirá que sonzo. parece como si le guiñara el ojo a alguien. como si no estuviera solo. yo me pregunto ¿no será que tenemos ombligos en otras partes del cuerpo?, ¿o es que acaso es patrimonio de los caracoles llevar ombligos sobre la espalda por ejemplo? sería lindo pensar que mientras uno está distraido comiendo pastafrola o escribiendo una nota para poner en la heladera todos los ombligos de tu cuerpo están de reunión tramando formas distintas de atrapar gotitas de agua, cambiandole el color a las nubes o clasificando en subcategorías, distintas especies de pelusas. y entre una textura y otra, entre una musculosa y un pulover, los ombligos se las ingenian para pasar desapercibidos y reunirse, no sé como pero. qué gran misterio. además deben aprovechar que los subestimamos ¿quién va a creer que ellos sean capaces de tramar estrategias contra el calentamiento global de las células, la redistribución de los cabellos en todo el cuerpo o el desarrollo sustentable de las cinturas acorde a la nomenclatura ósea?. los ombligos siempre tuvieron mala prensa. ya desde recién nacidos los dejaron medio deformes despegándolos de sus placentas de un tijeretazo nomás sin previa consulta ni nada.¿quién va a otorgarles a los ombligos otra función que la de albergar la mugrecita que ronda despistada por el aire?, ¿acaso no serán los ombligos los que en realidad absorven toda la responsabilidad de la inflación?¿qué posicionamiento tendrán los ombligos en la eterna disputa barriga-cinturón y en el desentendimiento de las cláusulas contractuales que alguno de ellos ejerce? (no quiero por si acaso tomar partido por alguna de las partes sin conocimiento de pruebas). yo te invito, vos te estirás en la línea vertical que entre la fina dermis de mi párpado y la pestaña se forma, yo hago de cuenta que me miro las uñas de los pies (otro día voy a escribir sobre ellas) y con mucha cautela pispeamos para ahí adentro, a ver que se trae entre manos esa cosa llamada ombligo, pero disimulemos que sino después nos acusan de ser egocéntrícos.

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