escribo con la urgencia reiterada
rebalsada de sentidos
tactos olfatos oídos
de una madre reciencita
escribo desde
este cuerpo
de bebé
que llora
y duele
y no sabe decir qué
parte de quién y adónde
escribo desde
la letra
ya nuestra
(indisoluble)
el molde
hoy precario
sin adorno
que se crea de nuevo
como vertiente
y huida
escribo porque
la vida es un hueco
y no un pozo con conejos
por donde
la noche se apresura
llaga entreabierta
acaso
que supura
pedacitos de desazón
temor
y ternura
escribo sin lagañas
empapada de blanco
desde el rincón de madre
recién parida
lejos del maquillaje
el cine y los libros
y (se) acuna
y (se) canta
y (se) mece
para despertarse
escribo a los gritos
desde las plantas de los pies
a un paso al costado
de mi circunferencia de latex
cerca del vértice
donde se estrellan juntos
millones de egos
la cabellera
desalineada
los brazos excesivos
los pechos
densos
ardidos
llenos
de raíces
y futuro
escribo
por vez primera
después de
arrimarle al espejo
las carnes huesudas
cocidas colgantes
con la evidencia
del viaje al amor
viaje sin retorno
por los vaivenes
y las crecidas
de la sangre propia
multiplicada.
rebalsada de sentidos
tactos olfatos oídos
de una madre reciencita
escribo desde
este cuerpo
de bebé
que llora
y duele
y no sabe decir qué
parte de quién y adónde
escribo desde
la letra
ya nuestra
(indisoluble)
el molde
hoy precario
sin adorno
que se crea de nuevo
como vertiente
y huida
escribo porque
la vida es un hueco
y no un pozo con conejos
por donde
la noche se apresura
llaga entreabierta
acaso
que supura
pedacitos de desazón
temor
y ternura
escribo sin lagañas
empapada de blanco
desde el rincón de madre
recién parida
lejos del maquillaje
el cine y los libros
y (se) acuna
y (se) canta
y (se) mece
para despertarse
escribo a los gritos
desde las plantas de los pies
a un paso al costado
de mi circunferencia de latex
cerca del vértice
donde se estrellan juntos
millones de egos
la cabellera
desalineada
los brazos excesivos
los pechos
densos
ardidos
llenos
de raíces
y futuro
escribo
por vez primera
después de
arrimarle al espejo
las carnes huesudas
cocidas colgantes
con la evidencia
del viaje al amor
viaje sin retorno
por los vaivenes
y las crecidas
de la sangre propia
multiplicada.
HERMOSO! Está lleno de poesía, de sabiduría. Cada palabra está bien plantada, ubicada. Me encantó!
ResponderEliminarGracias mi lectora más fiel! plantada desde la raíz hasta el tallo, en la estepa pampeana, bien plantada.
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