entre el vientre y esa otra parte que se contrae y echa espuma
hay como palomas que revientan y esparcen sus plumas alumbrando hermosos niños de mejillas azules
hay planetas ancianos que babean canas blanquísimas y murmuran recuerdos de espejos resplandecientes
entre las nalgas y los senos hay charcos donde animales acuáticos sorben los ojos de las algas y les queda en la boca un gusto amargo y verdoso pero tan verdadero que hasta dan ganas de creer en dios
hay bandoneones sordos y macabros que al sonar cada noche arrugan los manteles en las mesas ahi donde las palabras se emborrachan y da asco tanto asco el silencio
entre el sacro y la clavícula
(esa hendidura que se quiebra al reconocer los arboles cada uno con su follaje y singular andar bajo la brisa)
aún
hay una que otra siesta cansada tejiéndose
donde mi sed dibuja con finos pinceles sobre lienzos de seda plateada un caballo de cola lacia galopando en la cima de mi lengua
hay un diafragma donde un relámpago retumba si vieras con que placidez
(y me estremezco con sus vapores traídos del cielo)
ese pedazo de vereda que se insinúa misterioso y que inútilmente creemos evocar en una canción
hay bailarinas que se arrancan sus pieles urgentes como tules y gritan sus pálidas piernas de soledad
en medio de la sombra que se bifurca entre mis codos
hay llamas que me llagan la lengua y la ornamentan con minúsculas gotitas perlas perfectas que no puedo sino tragar sin piedad
angustiosa firme loca de miedo profunda ondulante
me muero de tresmilformas me muero de arribaabajo me muero porque una vez muerta no puedo mas que nacer y volver a errar mi destino de nacer
nadie golpea a la puerta
nadie llama
soy yo la puerta que se abre.