Negarle la virtud a la palabra
despreciarla con la mirada en el vértice de una baldosa
ponerse de cuclillas frente a la palabra
acurrucarse debajo de la sombra de la palabra
espolvorear todos los muebles con palabras
tragar palabras con un precipitado dejo de desidia
descalza y vestida con la funda del almohadón
decirse humano para justificar la palabra
diseñar con las palabras medias de algodón
y clasificarlas por tamaño y color
mezlcar las palabras hasta formar una plasticola
y destrozar las palabras hasta que sean puré de tomate
morder la pelusa de la palabra con violencia
atravesar ese filito que te aleja de la palabra
hundirse las palabras bien adentro de la carne
disputarle a la palabra tres cuartas partes de su existencia
jugar al solitario con las palabras
robarle las cartas
ganarle por goleada
ahorcar palabras con las tiras de tu sandalia
establecer pactos duraderos con las palabras
correr precipicios para alcanzar las palabras
desatender las palabras como si fueran tus uñas
agradecer las bondades de las palabras
atar palabras transpiradas con palabras mojadas
encogerse sobre la textura sutil y verdosa de las palabras
dibujada sobre una tela yacer
y asumir el destino inmodificable
de ser acaso solo una palabra.
miércoles, 19 de mayo de 2010
lunes, 17 de mayo de 2010
tu esquela mejor, práctico
Qué hago con este arrebato primitivo de trizar tragar pellizcar de romper el cielo a mordiscones de ahogarme en la densidad de tu sangre que hago con la distancia que separa mi cuerpo del verbo con las letras con lo tuyo en el placard con lo que aún no llovió con los estornudos con las gotas con los entierros con el ruido del cañón que hago con el frío tatuando mi carne con la rutina surcando este pedazo de insomnio mal parido con el sudor con las migas del pan asqueando las sábanas con la piel marrón agujereada por el llanto de mañana que hago con los puentes que olvido saltar con las manos atadas a un extremo del corazón con las vértebras sosteniendo la indecisión de astillarse que hago con la música que supura mis uñas y cómo hago para hacerla callar que hago con las ganas de transmutar en un helecho con el ansia infame de nadar sumergida en tu ombligo que hago con las ganas de habitarte los pómulos como a un pañuelo de amarrarte a mis lóbulos de rasgar el lazo de tu corbata sin intermitencias que hago con el olor a nicotina con los escombros del pasado con las patas de los gorriones sobre la ventana con la pelusa de los zapatos con la reminiscencia de tu abrazo de papel de calcar que hago con la terrible posibilidad de no dejar nunca nunca de imaginar que puedo matar
si sabés decime
que
hago
con
estas
ganas
de
matar
que
hago
con
estas
ganas
de
matar.
domingo, 16 de mayo de 2010
mariposa encantada
Cuando le abrieron las alas encontraron
un circo tallado en papel de calcar
cien soldaditos que nunca habían perdido una batalla
treinta y dos caballitos con sus belfos plateados
un hada y un duende que se besaban incansablemente
nueve cofres de los que emanaban vapores perfumados
setenta y ocho llaves que habían extraviado sus candados
cuatro muñecas con cabellos de angeles
un anillo de piedras preciosas flotando sobre un océano de aguas tropicales
sesenta castillos de plastilina roja derritiéndose uno sobre otro
un poeta que lloraba sobre sus poemas malditos
diez mártires de revoluciones que no habían prosperado
dos mil cien escudos oxidados de cartón
cinco varitas mágicas zurciendo chalecos de lana
nueve teteras de porcelana en miniatura
quinientas tres embarcaciones que habían extraviado sus rumbos admirando sus mástiles
seis coronas despellejadas de vanidades
setenta y cuatro hamacas menenadose sobre los rayos del sol
dos plegarias censuradas por la indiferencia de los árboles
siete enanos espantados por una ristra de ajos
un palacio construido sobre la baba de un caracol
nueve banderines de taxis libres
cuatroscientas trompetas sacudidas de vientos silenciosos
tres carruajes recorriendo laberintos maniáticos de cartulina
un paragüas que guardaba hortensias marchitas
una marcha entonada por un duque obeso
la ignorancia de las tormentas que no iba a poder atesorar
y un pedazo de cielo gris apretado en las pestañas
y un centilitro de rocío
que de espeso a líquido transmutaba
y en el agua hallaba
su modo finito de perdurar.
martes, 11 de mayo de 2010
definitiva
Me salgo de mi
dejo la falda a lunares
extendida sobre el suelo
y me salgo.
Sin escándalos
Sin escándalos
como casi siempre
encaprichada
sin decírmelo.
Voy al recibimiento de aquello que me falta
sin rodeos ni falsos argumentos.
Ahora soy algo
que ya no flota adentro de ningún sostén.
Me salgo porque
apretujada con esta funda llevo veintinueve años
encontrando razones que desmerezco.
Elijo este sonido y no otro:
Elijo este sonido y no otro:
el sonido de un aplauso.
Voy directo a él
atravieso su contorno
es acaso un fantasma
que no se previene.
que no se previene.
Este camino me lleva
a entrometerme imprudente
en los espacios negados
de su absurda timidez.
Lejos de las simetrías de mis huesos
del perfil imperfecto de mi abdómen
del péndulo que me dirigía
a estrolarme abnegadamente
contra el displacer.
Lejos de la sangre.
Permanezco en el miedo
pero no me asusto.
Me salgo de mi misma
porque en los intersticios de mis fronteras
no hay siquiera privilegios.
Soy una intrusa en mi exclusiva jurisdicción
una extranjera
migrando de cielo en cielo
mutando el plumaje de mis alas
para no pasar desapercibida
ante mis repetidos gestos.
Me salgo a cumplir una misión
descabellada
despistada
desvestida.
Dejo mi modesto equipaje:
cinco lunares en el brazo izquierdo
un par de dos fosas nasales
tres arrugas profundas en la frente
y una falda a lunares.
Dejo todo mi patrimonio
a disposición de los arbustos
para vivir
sublime y armoniosa
fuera de mi.
microgotas de ácido se confiesan sobre el cuerpo de una mujer sin cabeza
ser una mujer es casi siempre inevitablemente
una condición
de urgencia.
y acá conviene dejar un espacio
de nuevo para que se entienda
he dicho que
ser mujer es casi siempre inevitablemente
una condición
de urgencia.
y por más que te rebeles no vas a dejar de ser
una concreta vagina dominada por conductos nerviosos
y tus deslices, voces y dobleces
esa tropilla de enanos
disputádose el reinado de la psiquis
esa mujer que cuando no lee pinta y cuando no pinta cose y cuando no cose actúa y cuando no actúa escribe y cuando no escribe posa y todo para sublimar
y de vez en cuando se compra un termo un par de zapatitos fervorosos dos paltas y un par de aros
se toma un trago de aire por la nariz
(que no necesariamente implica respirar)
y al tiempo algo le recuerda que tiene un diafragma
como un puf
y se desinfla
y se precipita y cae por su propio peso
y despotrica
y se esmera
y palpa su adultez
y se desnuda
y resuelve
una vez más desnudarse
(negándole a la conciencia el goce de desnudarse para otros)
a las actrices las tocan
y las lastiman
y las empapan con coca cola
y les acarician el pelo
y les rompen las medias
y las escupen
y las miran de abajo a arriba
y les piden que sean intensas
pero que no griten
y que no se repitan
suspendo
dejo un último espacio
porque estas líneas conviene leerlas con de te ni mien to
(el miocardio)
las manos huyen
persuadidas
imperiosas
se suicidan de los brazos
y como dardos
corren
al abordaje de la arena
el sacro se divorcia del coxis
y en esa liberación
protesta una verdad
yo soy lo que soy
(algunos días como hoy me arde llevarme puesta)
y así desquicidada
solo preciso
de vos y de mí
(en exacta medida)
un poco de amor.
una condición
de urgencia.
y acá conviene dejar un espacio
de nuevo para que se entienda
he dicho que
ser mujer es casi siempre inevitablemente
una condición
de urgencia.
y por más que te rebeles no vas a dejar de ser
una concreta vagina dominada por conductos nerviosos
y tus deslices, voces y dobleces
esa tropilla de enanos
disputádose el reinado de la psiquis
esa mujer que cuando no lee pinta y cuando no pinta cose y cuando no cose actúa y cuando no actúa escribe y cuando no escribe posa y todo para sublimar
y de vez en cuando se compra un termo un par de zapatitos fervorosos dos paltas y un par de aros
se toma un trago de aire por la nariz
(que no necesariamente implica respirar)
y al tiempo algo le recuerda que tiene un diafragma
como un puf
y se desinfla
y se precipita y cae por su propio peso
y despotrica
y se esmera
y palpa su adultez
y se desnuda
y resuelve
una vez más desnudarse
(negándole a la conciencia el goce de desnudarse para otros)
a las actrices las tocan
y las lastiman
y las empapan con coca cola
y les acarician el pelo
y les rompen las medias
y las escupen
y las miran de abajo a arriba
y les piden que sean intensas
pero que no griten
y que no se repitan
suspendo
dejo un último espacio
porque estas líneas conviene leerlas con de te ni mien to
(el miocardio)
las manos huyen
persuadidas
imperiosas
se suicidan de los brazos
y como dardos
corren
al abordaje de la arena
el sacro se divorcia del coxis
y en esa liberación
protesta una verdad
yo soy lo que soy
(algunos días como hoy me arde llevarme puesta)
y así desquicidada
solo preciso
de vos y de mí
(en exacta medida)
un poco de amor.
falta de apetito
no sin antes decirle:
no quiero ser
un barco que nunca encuentra una isla para descansar
no me apetece esperarle
ni sentirme como la hoja de un árbol que sabe que va a caer
no me apetece la letra chica del contrato en negrita y con mayúsculas
no me apetece el pétalo pegado con cinta adhesiva en la garganta
ni estos dedos amarillos que latigan contra las teclas
ni la ausencia toda amamantando mi estómago de semillas
ni los fragmentos inconclusos que le oculto brillando la transaparencia del aire
no me apetecen sus pájaros de papel
(hace tiempo quería decírselo)
ni la manera en que pronuncia la ese
no me apetece en lo más remoto que atraviese el marco de mi puerta con esa cara de búho sin gestos en los ojos
no me apetecen mis hombros con olor a humedad que lo miran y no lo cortejan
no me apetece que mastique mis mentiras
con ese aire de caballero medieval
no me apetece mi lengua
que mientras lo niega se ahoga en un charco de vinagre salitroso y amarillento
no me apetece esta tristeza de imitación coreana
por eso se la escribo
para que no me ensucie las próximas tres horas del futuro
se la escribo
también, sépalo
porque huele a carne cruda
sí, usted también huele a carne cruda
(eso está de más pero viene al caso)
no me apetece esa manzana que dejó amarronándose contra el césped
no me apetece mi pelo secando su rabia al sol
le exijo tenga a bien regresarme al bosque de mi soledad
déjeme en diagonal a la aurora
ahí nomás
al lado de los pinceles
con una pierna cruzada debajo de la otra
si es la derecha la que está abajo
procure que no se acalambre la izquierda
quiero que me devuelva los susurros
mañana a las diez y cuarto
cuando ya no los quiera
favor de de volveme volveme de
ningún verso mío en usted
nada
de nada
ni una cicatriz
ningún centímetro de mi arquitectura le pertenece
todas las parras que vimos de la mano
perecerán
cuando termine de escribirle esta nota
no quiero su sentido de la liviandad
mofándose en los azulejos mi cocina
no quiero levantar esas esculturas de barro
que me imagino mientras bastardea el lenguaje de las palabras
no necesito su huella en mi mate
entre el tiempo de antes sin usted
y este tiempo con usted
fíjese
he extraviado la noción del punto y aparte
nada de su legado reconozco
nada que precise
en el alma
ser inventariado.
Ahora sí,
tome su plumaje
abra el grifo
y váyase nadando
y por favor
sea prudente
y no vuelva.
no quiero ser
un barco que nunca encuentra una isla para descansar
no me apetece esperarle
ni sentirme como la hoja de un árbol que sabe que va a caer
no me apetece la letra chica del contrato en negrita y con mayúsculas
no me apetece el pétalo pegado con cinta adhesiva en la garganta
ni estos dedos amarillos que latigan contra las teclas
ni la ausencia toda amamantando mi estómago de semillas
ni los fragmentos inconclusos que le oculto brillando la transaparencia del aire
no me apetecen sus pájaros de papel
(hace tiempo quería decírselo)
ni la manera en que pronuncia la ese
no me apetece en lo más remoto que atraviese el marco de mi puerta con esa cara de búho sin gestos en los ojos
no me apetecen mis hombros con olor a humedad que lo miran y no lo cortejan
no me apetece que mastique mis mentiras
con ese aire de caballero medieval
no me apetece mi lengua
que mientras lo niega se ahoga en un charco de vinagre salitroso y amarillento
no me apetece esta tristeza de imitación coreana
por eso se la escribo
para que no me ensucie las próximas tres horas del futuro
se la escribo
también, sépalo
porque huele a carne cruda
sí, usted también huele a carne cruda
(eso está de más pero viene al caso)
no me apetece esa manzana que dejó amarronándose contra el césped
no me apetece mi pelo secando su rabia al sol
le exijo tenga a bien regresarme al bosque de mi soledad
déjeme en diagonal a la aurora
ahí nomás
al lado de los pinceles
con una pierna cruzada debajo de la otra
si es la derecha la que está abajo
procure que no se acalambre la izquierda
quiero que me devuelva los susurros
mañana a las diez y cuarto
cuando ya no los quiera
favor de de volveme volveme de
ningún verso mío en usted
nada
de nada
ni una cicatriz
ningún centímetro de mi arquitectura le pertenece
todas las parras que vimos de la mano
perecerán
cuando termine de escribirle esta nota
no quiero su sentido de la liviandad
mofándose en los azulejos mi cocina
no quiero levantar esas esculturas de barro
que me imagino mientras bastardea el lenguaje de las palabras
no necesito su huella en mi mate
entre el tiempo de antes sin usted
y este tiempo con usted
fíjese
he extraviado la noción del punto y aparte
nada de su legado reconozco
nada que precise
en el alma
ser inventariado.
Ahora sí,
tome su plumaje
abra el grifo
y váyase nadando
y por favor
sea prudente
y no vuelva.
vómito de dragones
No me dejás alternativa / me cercás / hago la mueca fruncida / o la mueca me frunce a mi / llaga quema detrás de molar derecho / inmediatamente ojeada / a la madera del banquito / tomo prestado cierto desdén minúsculo / de la corteza cuajada / y agarro cualquier objeto / próximo a mi alcance / llavetenedorpapelcorcho / absorta, los golpeo / me voy a dar la vuelta del perro / y me encuentro con el quijote / dejá de hacerte la payasa / me decís / conozco tus personajitos / (diminutivo igual tono despectivo) / mirame / mirame / si te miro naufragamos / ellos y yo / dejame salvarlos / ilusa / sacate los auriculares / como si el cuerpo pudiera mentir / no tires de la soga / que se ahorcan / no soy hábil con los nudos / gozás / dale nena / apurás/ que tengo sal en las manos / te digo /sal del desierto de gobi / estás inventando / otra vez / que no / que hay dragones acá / los ves? / y las llamas / me asfixian / blasfemias / tus ojos me boxean / acto reflejo / los esquivo / igual sangro / sangro de verdad / ay sino te quisiera!/ levanto la primera carta / un dragón se suicida / me pongo colorada / pésimo inicio / estoy desorientada / (como siempre) / voy directo al aplazo / maldito / te reís / seis años menos / nueve pelos en el torso / y ni un sólo dragón podés salvar / que vergüenza / lucho / como puedo / tengo la lengua en la punta del dedo / sus cueros arden / cavo mi propia fosa / me los meto así patas para arriba / todos juntos / con todas las escamas cubiertas de piel / los galopo / dragones blancos / violáceos / morenos / de miga de pan / soy un domador / sin norte / ni sur / y olé / ¿ves? / que a mi corazón meneao / le ha crecido un dragón con cuerno.
justicia por cuenta propia
Quiero el amor que me corresponde
el que merezco
el que me espera
lo quiero todo junto y ahora
debajo de esta luna.
Que las lánguidas raíces que regué
sean campos frondosos y eternos
que se hagan ceniza
las soledades en todas sus fotos y letras
y sean llanura los surcos profundos de mis domingos.
Mañana pueden mis litros de sangre rebalsar un vaso
mis nervios confundirse con cables de alta tensión
mi razón ser una alfombra de rosales secos
mis dedos transformarse en las puntas de una tijera oxidada
sin poder tajearle al tiempo ni la caperuza de sus horas.
Quiero toda la paz que se me estuvo negando
en nombre de la justicia y del hombre
no en dosis alucinógenas ni en efímeros trances
la quiero toda junta
visible
concreta
atravesando mi sien
ahora.
No tengo más suspiros
ni proclamas ni lamentos
siquiera para dedicarle
al viento ni a la negrura de la noche.
Quiero eso que se me niega
Quiero eso que se me niega
en nombre del futuro
lo que atenta contra el desgano
porque es mío
me pertenece
y soy una nada
de una nada
que nada
y nada
y nada
sin hallar jamás
la perspectiva del monte
ni de la orilla del río.
por venir
he dicho
no dedicarle a ese pedazo de cemento
ni una miserable partícula acuosa
he dicho
avanzar
con el mentón hacia las nubes y no volverme hacia atrás
nunca pero
nunca más
he dicho
no al juzga
(miento)
no al desplaza
(miento)
no al reitera
(miento)
he dicho
dar dos vueltas de llave y nada entreabierto
beber un sorbo apenas
y
desinflar
desinflar
desinflar
desinflar
poner punto y a parte
y después crear
una nueva letra
de un alfabeto distinguido y propio
(con mayúscula imprenta)
darle cabida
al vecino desconocido
a esa sutil marca de horizonte que se empecina
todavía en la mañana
a esa palpable energía que desde la tierra nace
para ser moldeada a tu parecer
confiar y arremeter
(desde la cintura para abajo)
que es por donde mejor se deja
el porvenir que se avecina.
no dedicarle a ese pedazo de cemento
ni una miserable partícula acuosa
he dicho
avanzar
con el mentón hacia las nubes y no volverme hacia atrás
nunca pero
nunca más
he dicho
no al juzga
(miento)
no al desplaza
(miento)
no al reitera
(miento)
he dicho
dar dos vueltas de llave y nada entreabierto
beber un sorbo apenas
y
desinflar
desinflar
desinflar
desinflar
poner punto y a parte
y después crear
una nueva letra
de un alfabeto distinguido y propio
(con mayúscula imprenta)
darle cabida
al vecino desconocido
a esa sutil marca de horizonte que se empecina
todavía en la mañana
a esa palpable energía que desde la tierra nace
para ser moldeada a tu parecer
confiar y arremeter
(desde la cintura para abajo)
que es por donde mejor se deja
el porvenir que se avecina.
y las alas
No se trata de emborracharse de aire con un bostezo
ni de empañar la yema para mojar el vidrio
acribillar las bandadas de palomas que no asomaron de tu boca para salvar al mundo del pánico y la sordera
salir desnuda y mutar en un macizo pedazo de hielo
(para poder decir libertad)nada
ninguna cosa que haya volado puede morir en soledad
no se trata de fingir que mañana tendremos la cáscara ni la semilla ni menos aún el cristal
en la electricidad del aire, el motor de las cosas
ahí
urge reparar
que detrás de las sombras hay tanta belleza moviéndose
a veces imposible de soportar
que el amor es ahora esto que rebana entre el músculo y la dorsal
no se trata del sexo extendido como el pétalo de una flor
(ni del rocío rebalsando de mi ombligo negándose e perecer)
no se trata de las figuras que la sal esparce sobre tu sábana en las tardes de verano
(nisiquiera de la prohibición de la sal)
no se trata de la astucia de los relojes ni de merecer (te) ni de abortar
(quizás no haya una metáfora)
no se trata de ahogar uno a uno los silencios para no doler
no se trata de reflexionar en la terrible acción de soltar
pido de todo un poco
pero de tus dientes en mis senos
la verdad
tu tacto en mi carne
siempre
y que siempre
sea el único condicional posible
de la temporalidad
que eternamente seremos aprendices de horizontes
ignotos viajeros
lúcidos amantes
del mar
se trata sí
de salir a la calle a prepotear a los semáforos con el grito y a implorar por las alas
y las alas
y las alas.
nada
ninguna cosa que haya volado
puede
morir
en
soledad.
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