domingo, 16 de mayo de 2010

mariposa encantada




Cuando le abrieron las alas encontraron


un circo tallado en papel de calcar
cien soldaditos que nunca habían perdido una batalla
treinta y dos caballitos con sus belfos plateados
un hada y un duende que se besaban incansablemente
nueve cofres de los que emanaban vapores perfumados
setenta y ocho llaves que habían extraviado sus candados
cuatro muñecas con cabellos de angeles
un anillo de piedras preciosas flotando sobre un océano de aguas tropicales
sesenta castillos de plastilina roja derritiéndose uno sobre otro
un poeta que lloraba sobre sus poemas malditos
diez mártires de revoluciones que no habían prosperado
dos mil cien escudos oxidados de cartón
cinco varitas mágicas zurciendo chalecos de lana
nueve teteras de porcelana en miniatura
quinientas tres embarcaciones que habían extraviado sus rumbos admirando sus mástiles
seis coronas despellejadas de vanidades
setenta y cuatro hamacas menenadose sobre los rayos del sol
dos plegarias censuradas por la indiferencia de los árboles
siete enanos espantados por una ristra de ajos
un palacio construido sobre la baba de un caracol
nueve banderines de taxis libres
cuatroscientas trompetas sacudidas de vientos silenciosos
tres carruajes recorriendo laberintos maniáticos de cartulina
un paragüas que guardaba hortensias marchitas
una marcha entonada por un duque obeso
la ignorancia de las tormentas que no iba a poder atesorar
y un pedazo de cielo gris apretado en las pestañas
y un centilitro de rocío
que de espeso a líquido transmutaba
y en el agua hallaba
su modo finito de perdurar.


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