lunes, 12 de septiembre de 2011

el límite




cuando hay asco se acaba el poema
se pudren las palabras dentro de una palangana con agua
los buitres te miran gustosos salivan tus pelitos
tu mirada es de una mediocridad tan absoluta
cuando hay asco la música es ruido molesto
la sangre se te hace pelotitas como el pantalón verde
y este mundo envuelto en goma eva te resulta tan absurdo
cuando hay asco no hay fantasías ni dientes apretados
ni dulzura de madre con pechos colgantes
cuando hay asco el amor se corre a sí mismo
en una carrera de galgos polvorientos
como un cardo ruso por el campo
¿quién se va a sacrificar por tus miserias?
no viajaré sola en un tren a París
no regatearé telas en Marruecos
soy ese puercoespín que busca la distancia justa
no empuño armas como Paco
(sí que me hubiera gustado)
cuando hay asco el romanticismo me desconoce
y el poema se acaba cuando hay asco.










1 comentario:

  1. Qué bueno. Y qué bueno que se llame "el límite". Por lo menos parece que no sólo estamos en el límite a veces, sino que el asco no es ilimitado. Por suerte.

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